El llamado a huelga en San Francisco de Macorís
POR MARCOS SANTOS. – Para este miércoles 28 de abril, varias organizaciones comunitarias han convocado a un llamado a huelga en reclamo de varias reivindicaciones para la ciudad de San Francisco de Macorís.
Los convocantes a la jornada de protesta, garantizan que la misma será pacifica, cosa que ni ellos mismos lo creen.
La alteración del orden público, es denominador común en las huelgas que se han hecho a lo largo de muchísimos años en la ciudad del Jaya.
De acuerdo a lo expresado por la opinión pública, unos están a favor y otros en contra de ese llamado.
Es lo lógico, lo normal.
Unos dicen que la huelga es un recurso gastado, que no deja ningún beneficio a la población.
Otros, en cambio afirman que las huelgas han dado múltiples beneficios al pueblo en la consecución de obras y servicios por parte de las autoridades de los diferentes gobiernos que hemos tenido.
Hay quienes alegan que el gobierno del presidente Luis Abinader, tiene muy poco tiempo al frente de la administración pública, y que por tanto la huelga no tiene razón de ser.
Quienes las apoyan, dicen que han sido engañados a lo largo de todos estos años por las diferentes administraciones, y que, en ese sentido, el llamado a protesta es justificado.
Los opositores, incluyendo a los peledeses, la apoyan sin ningún tipo de restricciones.
Mientras que los del PRM, hoy en el gobierno, la rechazan.
Empresarios y comerciantes divididos en torno al tema en cuestión.
Unos que si y otros que no.
Igual sucede con los periodistas.
Con los choferes.
Con todos los sectores.
Y es que somos una sociedad dividida.
Hablo de la sociedad francomacorisana.
Los reclamos son los mismos de más de 20 años.
Entonces, muchos nos preguntamos, por qué no se da una unión entre los diferentes sectores para reclamar al gobierno, al gobierno que sea, que construya esas obras que demanda San Francisco de Macorís y la Provincia Duarte.
No es que pretendamos que todos pensemos y actuemos iguales.
Pero si estamos de acuerdo con el hospital, con la circunvalación, solo para citar dos ejemplos, es fácil ponerse de acuerdo para quienes quieren el bienestar de la gente.
Lo que, si es muy difícil, es manejar el ego y el orgullo de ciertos actores de nuestra sociedad.
Ahí radica el problema.
Mientras otras provincias cierran filas con sus reivindicaciones, aquí nos dividimos por razones de índole personal o de grupo.
Lamentablemente esa es nuestra realidad.